SEMINARIO DESCARTE CERO EN ARGENTINA Y URUGUAY
Discurso del Cro. Horacio Domínguez

El Presidente del Centro Jefes y Oficiales Maquinistas Navales recordó en el Seminario celebrado en Mar del Plata su su paso por los buques pesqueros: "El capitán es el responsable ante las autoridades, ante el armador, pero yo como tripulante también era responsable. Porque yo quería venir a casa lo más rápido posible con la bodega llena, no me preguntaba cuánto tiraba al mar, nadie me lo había dicho. Entonces nosotros también éramos responsables no hay que cargar todo sobre la figura del capitán, porque para el tripulante que no es el capitán, el mejor capitán es el que pesca más, después vemos cómo".





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Casualmente la palabra compañero significa etimológicamente compartir el pan, y de eso se trata, de compartir el pan. Quiero agradecer la invitación del Cro. Jorge Frías y de Julio Insfrán que son hombres de lucha y de mucho camino recorrido juntos. El trabajo de la pesca es un trabajo sumamente riesgoso y peligroso, uno de los más peligrosos del mundo donde hay la mayor cantidad muertes, accidentologías y pérdidas de seres humanos.

Pero me voy a detener, si me permiten, porque hace 40 años yo era muy joven, recién recibido de la Escuela Nacional de Náutica, como ustedes saben la ENN forma oficiales de ultramar para llevar a todo el mundo nuestras riquezas y traer también parte de las riquezas de otros países para el consumo y el bienestar; nuestra formación es de ultramar con características y conceptos distintos, y sin embargo a mitad de los años '70, yo hacía dos años que había salido de la Escuela, en este mismo puerto embarqué por primera vez, algunos podrán recordar, en uno de los primeros barcos factoría que aparecieron por estas costas que era el Lapataia, ya estaban el Uchi, el Islas Malvinas.

Ahí empecé a conocer este mundo, de hombres trabajadores, sacrificados, con un concepto del trabajo y del compromiso como muchas veces yo no lo había visto pese a mi juventud, pero en esa época de esto no se hablaba muchachos, ni sabíamos del descarte, no teníamos ni idea. Lo que sí sabíamos era que nos contaban los españoles que habían llegado de las costas de Sudáfrica y que ya habían hecho un desastre, los barcos como el Aracena, barcos inmensos de 90 tripulantes, de 2 mil tn. de carga con el 25% de filet, con placas de filet, con chorizos que hacían congelado para el mercado europeo, con fábricas de harina que generalmente no funcionaban porque no era negocio, todo esto que nosotros empezamos a vivir y que empecé a descubrir, de esto ni se hablaba, no existía, nadie sabía lo que pasaba. Sí sabíamos lo que ellos decían, que para completar la carga de un barco como el Arcos necesitaban tres, tres meses y medio en el mar, y nosotros necesitábamos 45 días. ¿Se imaginan la cantidad de toneladas de pescado que tirábamos al agua? Si traíamos 2 mil tn. de merluza debemos haber tirado 14 mil al agua. Pero, y ahí si debemos decir como tripulantes que la responsabilidad no es solamente del capitán.

El capitán es el responsable ante las autoridades, ante el armador, pero yo como tripulante también era responsable. Porque yo quería venir a casa lo más rápido posible con la bodega llena, no me preguntaba cuánto tiraba al mar, nadie me lo había dicho. Entonces nosotros también éramos responsables no hay que cargar todo sobre la figura del capitán, porque para el tripulante que no es el capitán, el mejor capitán es el que pesca más, después vemos cómo.

Y recuerdo en esos años que la Armada Argentina ponía a disposición algunos veedores, generalmente hombres retirados de la fuerza con experiencia, con mucho honor y con ganas de hacer las cosas bien, que hacían algo como una investigación y un control muy sui generis. Recuerdo una noche que habíamos hecho una depredación muy importante de cazón, porque el cazón no nos servía y así como venía lo tirábamos, este señor llamó a quien tenía que llamar, para informar lo que estaba ocurriendo, y la respuesta que tuvo fue muy contundente, ese hombre que seguro tendría la edad que tengo hoy, vino a mi camarote con una botella de whisky y me dijo: sabe una cosa jefe, hagan lo que tengan que hacer porque a mí no me pasan ni cinco de bola, porque las empresas presionan para que esto siga así.

Celebro Jorge, y en tu juventud está depositado seguramente el éxito, y Julio, celebro que hayan hecho una Federación, celebro que te pongas la ropa de agua, que salgas a la cubierta y que entre todos, no solamente los capitanes, entre todos los tripulantes seamos los responsables de que esto no ocurra, o que si ocurre por lo menos tengamos el compromiso de seguir mejorándolo.

Yo iba a hablar de la accidentología y de la cantidad de hombres que mueren en el mar. Pero me cambiaron el eje, me cambiaron el rumbo porque esto lo digo con el conocimiento de la causa y necesito más que nunca el compromiso de todas las tripulaciones y de todos los hombres y mujeres que hacen que este país cada vez sea mejor.




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