El camino del descarte cero

Por Jorge Frías. Secretario General de la FACOP y de la AACPyPP




El Seminario-Taller Descarte Cero en Argentina y Uruguay tuvo como fin que todos los actores de la industria pesquera discutamos la posibilidad de “Refundar la industria” buscando bienestar nutricional, económico y social sostenible, una nueva forma de seguir pescando defendiendo la producción y el trabajo digno, pero cuidando más el recurso, convencidos que será esta la manera de trabajar con mayor dignidad bajo la premisa que cualquier trabajo no es trabajo. Al cuidar el recurso sin dudas generaremos más trabajo en tierra. También cumplir con la infinidad de recomendaciones y prohibiciones de organismos nacionales e internacionales como la FAO integrante de la ONU.

Habrá que analizar todas las variables, atentos a los aventureros que pretendan ventajas individuales.

Definitivamente debe terminar el desperdicio del alimento que significa la pesca para un mundo que padece la falta de este. El EVENTO NO DEBE SER EL FIN DE ALGO, SINO EL INICIO DE UN NUEVO CAMINO.

La iniciativa renace en Mar del Plata, pero debe continuar en aquellos países o puertos que sean necesarios hay que seguir trabajando para lograr el objetivo. Los trabajadores no deben cargar con la responsabilidad de solucionar una cuestión tan delicada como el desperdicio de alimentos. El mundo juzga actitudes de esta naturaleza y claramente ni los capitanes de pesca ni las tripulaciones son responsables de esta realidad. El desperdicio es responsabilidad de la involución del viejo sistema de explotación pesquera el que debe renovarse.

Se trata de alimento desperdiciado, y para revertir esta triste realidad hay que trabajar sin egoísmo ni protagonismos individuales, tampoco institucionales y mucho menos personales, generando debates objetivos y de construcción y que comience una nueva manera de explotar este recurso alimenticio y natural.

¿Qué debería comenzar a debatirse y desarrollarse?

Se debe legislar y ejecutar con la participación de todos los actores idóneos, para que no sea derecho de una minoría decidir qué hacer con las capturas. Determinar un mayor aprovechamiento del recurso, evitando el desperdicio, optimizando la pesca, mejorando las artes y modernizando los buques pesqueros y las herramientas necesarias, con el fin de generar más trabajo y en particular para los trabajadores en tierra. Nadie debe perder, quizás todos ceder un poco para que otros puedan trabajar dignamente sin depender de subsidios y a su vez alimentar mejor a los pueblos.

Debemos observar que la variedad de alimentos que se proveen para consumo de la sociedad en general y para los comedores en particular, son alimentos elaborados o semi elaborados, envasados y controlados por los organismos correspondientes que garantizan la calidad del alimento. De tal manera que una vianda de carne, harinas, fideos o leche, no es proveída o entregada como una planta de trigo, una vaca para ordeñar y carnear. Entonces no sería correcto que el pescado se lo provea entero y que cada uno lo limpie y haga el filete correspondiente. Esta tarea debe ser asumida por el Estado a través del gobierno, No es solo llevar pescado. Se debe pensar en una logística integral que incluya educación alimenticia desde el Ministerio de Salud induciendo a que se incluya pescado en la primera alimentación de los bebes, desde el Ministerio de Educación, induciendo la alimentación desde el jardín de infantes y en todo el ciclo escolar. La publicidad pública también es fundamental. Centralizar el acopio para una distribución efectiva. Son algunas ideas para “Refundar la Industria Pesquera”. Pasaron 15 años de este nuevo siglo, y seguimos actuando como en el siglo pasado.

Debatiendo bajo el marco del respeto y la objetividad todos nos enriqueceremos. Deberemos imaginar una manera distinta de explotar el recurso pesquero. Alcanzar un acuerdo consensuado y que cambie progresivamente la forma de desarrollar la industria. “Refundar la Industria Pesquera” evitando la sobrepesca y el descarte que se van convirtiendo en insostenibles. Es necesario lograr el marco jurídico que contenga el aspecto social, ambiental y económico. En reiteradas oportunidades oímos y leemos publicaciones coincidentes entre biólogos y economistas que confluyen en la necesidad de contar con una pesca que genere producción a largo plazo basada en la sustentabilidad de los cardúmenes. Para ello el mundo necesita terminar con los descartes y para lograrlo se piensa en la generación de incentivos diversos para que las empresas y pescadores amorticen costos operativos, herramientas de pesca modernas, técnica en pesca innovadoras, buques renovados, diversificación en nuevos mercados. Estas modificaciones y otras tantas son proyectadas con el fin de minimizar la pesca no deseada.

El recurso nos avisa que ya no hay más tiempo para “cambiar todo y seguir haciendo lo mismo”. En esta revolución, la capacitación será elemental y quienes tengan mayores conocimientos y especialidades tendrán mayores posibilidades de realizar aportes para y corregir progresivamente los errores cometidos durante tantos años.

El Estado deberá resolver las cuestiones legislativas para la gestión y sin dudas pensar en la finalidad alimenticia hace prestar atención a que serán los consumidores quienes finalmente exijan las modificaciones para la sustentabilidad y esto se dará por la accesibilidad a la información que hoy el mundo brinda. La política con visión a largo plazo debe pensarse sostenible y encausando la recuperación desde altamar hacia la costa. Debemos generar bases en el asesoramiento científico y técnico, para que los capitanes de pesca cambien progresivamente la forma de pescar.

Cambiar, siempre genera temores y desafíos, pero para cada uno de estos la “refundación” debe dar respuestas otorgando estabilidad desde el punto de vista económico, ambiental y social alejándose de la necesidad de ayuda financiera.

El descarte se debe prohibir terminantemente y obligar a descargar en tierra y utilizando el arte de pesca de mayor optimización pesquera, esto permitirá a los científicos comparar sus datos con el estado real de los recursos. El INIDEP y sus técnicos deberán contar con los insumos e incentivos necesarios para realizar los estudios necesarios en busca de la máxima sustentabilidad. La posibilidad de mejorar la masa biológica permitirá utilizar menor combustible porque se necesitara menos tiempos de captura.

Los capitanes deberán tener capacitación permanente en las arte de pesca. La suspensión de descarte se irá aplicando progresivamente suspendiendo todo tipo de sanciones vigentes. Analizar planes diversos por zonas y especies. El Estado apoyará las experiencias para incentivar las innovaciones técnicas y fortalecer el control de calidad, la publicidad, y la educación alimentaria a base de pesca, y la logística de distribución -carga- dada la extensión del litoral marítimo con el que cuenta la Argentina.

La FAO a nivel mundial publica que el 50% de lo que la Unión Europea consume proviene de la acuicultura, y el 65% de la pesca salvaje proviene de caladeros extranjeros, y la diferencia entre la demanda de consumo y la producción crece y, como la producción de mar no es sustentable, solo puede ser compensada por la acuicultura.

Con grado de advertencia debemos observar que cuando los consumidores se concienticen de la política de etiquetado y las campañas de publicidad en este sentido sobre el origen de las capturas enciende un alerta a la pesca salvaje. En el mismo sentido avanza la política de pesca de la UE, la que prevé ir más allá de las fronteras europeas y tomándose de lo que sostiene la FAO, el 30% DE LAS POBLACIONES DE PECES están sobrexplotadas, y como la UE es el mayor importador de pesca del mundo y en consecuencia realizará alianzas para combatir la denominada pesca ilegal y sobrepesca a escala mundial. Los nuevos acuerdos estipularán que la explotación de recursos pesqueros extranjeros se lleve a cabo conforme a las investigaciones y pruebas científicas sólidas y únicamente se dirija a recursos excedentes que el país asociado no puede o no desea pescar.



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