Pescar en el Mar Argentino no es gratis, explicaron empresas días pasados. Tampoco lo es para el trabajador, a quien se le aplica el  impuesto al trabajo, cepo a la productividad, que lesiona y desalienta el espíritu del pescador.

Que para las empresas es gratis pescar en el Mar Argentino no es verdad, porque desde antes que el buque suelte amarras hasta que la captura se comercializa y cobra, se está pagando algo: cánones, porcentajes, impuestos, sellos, autorizaciones, inspecciones, certificaciones, regulados por leyes, resoluciones, disposiciones y más normativas del Estado, Gobierno Nacional, provinciales, municipales, y organismos varios. Los peces del Mar Argentino son de todos los argentinos y el pescado de quien lo pesca, y pescar no es gratis, como explicaron desde las cámaras en los últimos días.

Para pescar son necesarios un buque y su tripulación, que se divide en marinería, oficiales y capitán de pesca, este último es el máximo responsable de la tripulación, la carga y el buque, además es representante de la autoridad pública y debe responder civil, penal y económicamente a las leyes de pesca y navegación, y normativas de la autoridad marítima. De ellos y de la naturaleza dependerá el éxito de la marea, y aquí también aparece la voracidad impositiva.
En la pesca a bordo, el salario de los trabajadores está estrechamente vinculado con la producción, volumen y calidad de la captura; entonces a mayor cantidad, mayor es la ganancia, y, simplificando, esa es la valía del capitán: lanzar la red en el momento y lugar adecuados para completar bodega y regresar a puerto en el menor tiempo.

Referimos arriba a la ganancia del trabajador, y sobre esa ganancia la Nación aplica el impuesto a las ganancias, auténtico impuesto al trabajo y un cepo a la productividad, que lesiona y desalienta el espíritu del pescador. Considerando que la pesca marítima es uno de los trabajos más riesgosos, y con un importante desarraigo, es entonces el capitán de pesca el trabajador más exigido y castigado por el impuesto al trabajo. Es el responsable de la producción que genera la totalidad de la industria pesquera; sin embargo, a mayor productividad mayor es el descuento en concepto de este impuesto, y sobre ello huelgan ejemplos, capitanes de pesca de todas las flotas resultan altamente perjudicados tras la reincorporación de la producción en el impuesto; con lo cual el oficio, la expertise, el coraje, no se ven reflejados en su salario, y lo acerca al de la oficialidad, para quienes las obligaciones y responsabilidades son ostensiblemente menores, como ilustra el audio adjunto.

Argentina viene trabajando para lograr sostenibilidad en la pesca. El negocio es positivo aunque no es menos cierto todo el impacto de los impuestos. 
Todas las ganancias de las empresas y los ingresos por recaudaciones del país tienen por base lo que llega a puerto en la bodega del buque, cuyo responsable es el capitán de pesca. Por ello, una vez más apelamos a las autoridades del Gobierno, Diputados y Senadores de la Nación, se contemple la quita del impuesto sobre la producción y la aplicación de un tope en su aplicación.